Cushman & Wakefield ha realizado un estudio en el que el 99% de los encuestados, considera que las oficinas físicas son imprescindibles. La flexibilidad, omnicanalidad y digitalización serán las claves para la creación de un nuevo entorno y proceso de trabajo
Las oficinas no morirán, pero sí se transformarán. Flexibilidad, omnicanalidad y digitalización son las claves para el futuro al que se enfrentan las empresas tras la pandemia. Cushman & Wakefield presenta el informe ‘In place’, elaborado a partir de la única encuesta realizada previo y durante a la pandemia en España, que permite conocer y comprender como las empresas y empleados han reaccionado a este nuevo paradigma y cómo puede impactar en nuestro futuro a medio y largo plazo en las oficinas. El informe forma parte del estudio realizado por la consultora inmobiliaria a más de 40.000 profesionales en el mundo.
La pandemia, el confinamiento y la desescalada han sorprendido a las empresas que, sin margen de maniobra, han tenido que poner en marcha acciones de trabajo en remoto para todos sus empleados, lo que condicionará el futuro sobre la nueva forma de trabajar en las oficinas. La madurez tecnológica, la cultura corporativa y la capacidad de implantar nuevas formas de trabajar se convierten en factores clave para medir la eficiencia del teletrabajo.
Según se desprende del informe, el 73% de los encuestados se han sentido igual o más productivos teletrabajando durante el confinamiento que de manera habitual en la oficina. Aún así, se desprende del informe que el 62% de los empleados trabajaba en empresas que no contaban con políticas de teletrabajo antes al COVID-19. Previo a la pandemia el 71% de las compañías que tenían implementadas políticas de teletrabajo eran multinacionales, mientras que el solo el 29% eran nacionales. El sector tecnológico encabeza el ránking con mayor implantación de teletrabajo previo a la pandemia, mientras que la administración pública es el que menos medidas de flexibilidad disponía, con un 83%.
Oficinas transformadas pero imprescindibles
La experiencia sin precedentes del teletrabajo marcará un antes y un después en las formas de trabajar, pero según se desprende del informe elaborado por la consultora, los empleados están viendo mermada la conexión humana y el vínculo social con la empresa, lo que afecta negativamente a la cultura y el aprendizaje corporativo. El 99% de los participantes considera que disponer de una oficina física es primordial, coincidiendo en que las relaciones humanas, la colaboración, el trabajo en equipo o la cultura de empresa no es sustituible, asegurando que la relación con sus compañeros ha disminuido para el 62%.
Los encuestados aseguran que, para la vuelta a las oficinas, desean un entorno de trabajo que se convierta en un punto de encuentro social. “Tras la pandemia y el escenario generado, las oficinas no volverán a ser las mismas, se convertirán en un punto de encuentro para fortalecer la cultura corporativa de empresa, que fomente la creatividad y la innovación. Las empresas deben prepararse para estar alineados con lo que los profesionales desean y el nuevo escenario, creando un plan de gestión del cambio que contemple políticas de flexibilidad, digitalización, omnicanalidad y un entorno de trabajo con medidas wellbeing”, asegura Óscar Fernández, Director de Negocio y Desarrollo de Cushman & Wakefield en España.