Las organizaciones de todo el mundo están reconociendo que la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) incorpora formas de diversidad que van más allá de la raza, el género y la religión para incluir diferencias neurológicas como la dislexia, el autismo y el TDAH.
Debido a que los cerebros interpretan los entornos físicos de manera diferente, el diseño de entornos intencionales, sensibles a los sentidos y amigables con el cerebro nos ayuda a acercarnos un paso más a la creación de lugares de trabajo diversos, equitativos e inclusivos que empoderan a las personas para sentirse seguras y apoyadas, para autogestionarse y hacer lo mejor posible. trabajar.
En este artículo aprenderás:
- Por qué los compañeros neurodivergentes aportan una gran cantidad de talento, pasión y perspectivas a nuestros lugares de trabajo
- Cómo apoyamos la salud mental y el bienestar general de cada empleado cuando diseñamos espacios que respetan los sentidos
- Ocho formas prácticas en que los empleadores pueden mejorar la experiencia en el lugar de trabajo a través de un diseño sensible a los sentidos y amigable con el cerebro